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Inauguro esta web en un día decisivo, 500 años después del 16 de marzo de 1521, cuando la escuadra dirigida por Magalhães-Magallanes llegó a territorio asiático. No era todavía la vuelta al mundo, su circunnavegación, de hecho Magallanes murió antes, en Cebú, y un esclavo comprado en Sumatra diez años atrás, Henrique, parece ser el primero que lo hizo. Pero ya era lo que es ahora Filipinas, una isla pequeña, Homonhon, tras la que fueron a Limasawa, en la isla de Leyte, donde se ofició la primera misa, y de allí a Cebú. Henrique se pudo comunicar y entender con los autóctonos, mientras que la estrategia de los españoles utilizando el árabe (parece que sus primeras palabras en América fueron Salam aleikum) seguía sin dar resultado. En Cebú se produjo la muerte de Magallanes, la de algunos más en otra emboscada provocada por el propio Henrique, que sin recuperar la libertad tras la muerte de su dueño acabó desapareciendo. Después llegaron a las Molucas, con un regreso accidentado escondiéndose de los adversarios, aunque con esa suerte de la que carecieron los que intentaron volver a cruzar el Pacífico. Y a partir de ese regreso, cada hijo de vecino fue sacando sus propias conclusiones sobre la «redondeza» de la tierra, como aseguraba Elcano-Elkano. La fuerza de los hechos comprobados directamente se iba imponiendo frente a la de los textos, y la presencia y el relato de lo experimentado se imponía frente a doctrinas religiosas y mitologías varias. Se mire por donde se mire, ese viaje fue un salto adelante para la humanidad; la ciencia iba ganando puntos, aunque la victoria sigue sin ser total, sigue habiendo alcoyano-terraplanistas varios.
Por supuesto, señalar un día en concreto y una consecuencia evidente es jugar con evanescencias. El 16 de marzo de 1521 puede ser significativo, pero también el 6, por su llegada a Guam y su contacto con seres humanos del otro lado del Pacífico, y también ese «encuentro entre dos mundos» puede ser en esa primera conversación en vaya-usted-a-saber qué dialecto malayo entre Henrique y la gente de Cebú. También puede festejarse el 17 de marzo, porque al haber viajado a través del Atlántico hay que añadir un día más a la fecha de los diarios de navegación, porque habrían cruzado la entonces inexistente línea del cambio de día; pero si primero hubieran cruzado el océano Indico, la operación sería la contraria. Además, el calendario gregoriano comenzó a regir las fechas en 1582; para fechas previas los historiadores suelen modificarlas directamente, pero no sé exactamente si es así con esta fecha.
Más allá de la ciencia y de las batallas, me quedo con el resultado de ese encuentro en el plazo largo. Cuando la expedición de Legazpi regresó a Cebú en 1565, cuarenta y cuatro años después, el principal recuerdo de la expedición de 1521 era una figura que habían dejado, el Santo Niño de Cebú, ahora adorada por todas las gentes de la zona, independientemente de las rivalidades locales. En tiempos más modernos, es ejemplo de «culto del cargamento», las adoraciones como divinidades de productos desconocidos, normalmente aviones o barcos, pero también espejitos y curiosidades parecidas.
Ahora, la capilla del Santo Niño de Cebú es paso obligado. Incluyo fotos del Museo de Cebú, adonde fui en 2016 tras un congreso en Dumaguete con el gran especialista en la isla, Michael Cullinane, con permiso de su amigo Resil Mojares.
Por mi lado, reconozco que ni siquiera he visitado Mactan, el lugar donde murió Magallanes y hay una playa preciosa, aunque ya he estado varias veces en Cebu. Me ha interesado mas el legado más moderno. En mi primera visita de 1992, aproveché para visitar el renovado Casino Español de Cebú con Jaime Picornell, que me hizo tratamiento VIP gracias a que en un viaje reciente se había comprado mi España y el Pacífico (1989), incluso me sacó en su columna en The Manila Chronicle. Por supuesto, le martilleé a preguntas sobre la comunidad española en la zona, pero no por la china, que es ahora la mayoritaria en esa institución, que ahora llaman el Cachino. Magallanes es historia, los chinos son presente.
