La foto es la celebración de un hanami (ver las flores) por los empleados de una empresa japonesa, aunque ese año los cerezos florecieron con algo de retraso y los cerezos apenas se podían ver, por eso decían que era hanami (ver la nariz). La reunión fue en uno de los parques más céntricos de la ciudad, en el metro de Yotsuya, al fondo se ve la estación y la iglesia de la Universidad de Sophia. Los novatos de la empresa fueron quienes hubieron preparar todo, cocinar y quedarse por la noche para reservar el sitio, e incluso pagar a los yakuza para que no les echaran. Para ello, se establece un espacio libre de zapatos, en parte una medida higiénica, en parte por comodidad: el calor adicional necesario se proporciona con unos calcetines adicionales.
El médico Fernando Simón aseguró durante los peores momentos de la pandemia que España debía japonizarse. Se refería a la multitud de normas de limpieza personal de Japón que han evitado la expansión de la pandemia, más allá de las medidas concretas de las autoridades. Son desde el mismo nacimiento del shinto porque la preocupación de sus ritos era proveer pureza y hasta la actualidad se sigue bebiendo agua y dando palmadas al entrar, el harai. La muerte es considerada como una mancha y esa limpieza se han mantenido hasta la actualidad, antes de comer es conveniente frotarse las manos con un o-shibori o toallitas que apenas se ensucian y que ya introdujo Japan Airlines desde 1959. en templos y en el resto del espacio público. Los lavabos públicos son limpios. No hay besos, una palabra que se usa en inglés, kisu. Los saludos son sin contacto físico y la cercanía o cariño se expresa con una inclinación más pronunciada o prolongada. Muchos trabajadores suelen llevar guantes blancos, como los taxistas, y los políticos en campaña
Dentro de la casa, se diferencia mucho entre lo interior (que se supone puro) y el exterior (que se supone contaminado). Para mantener limpio el espacio interior, es obligado quitarse los zapatos al entrar en una casa;. La cama debe mantenerse como el lugar más limpio y por ello se evita lavar juntas las sábanas y las toallas, procedentes del lugar más impuro de la casa. Para no contaminar el lecho, el japonés se baña antes de acostarse y cuando está resfriado evita la cama. En la comida también rigen estas normas y se evitar tocar el alimento común con el mismo palillo que se utiliza para comer, aunque con las amistades se mudan las normas: beber en el mismo vaso y comer con los mismos palillos es un privilegio para el círculo más íntimo.
El uso generalizado de mascarillas es el ejemplo más obvio de la japonización del mundo, porque ya era frecuente su uso antes del coronavirus. Los constipados ya la usaban para no importunar a otros con la posibilidad de contagio, otros la usan para evitar sequedad nasal y los escolares, cuando les toca servir en sus colegios, también usan mascarillas para evitar salpicar los platos de sus compañeros. Las personas alérgicas usan también unas mascarillas mas densas en primavera para evitar que el polen dañe sus vías respiratorias. Puestos a utilizarlas de forma continuada y con diseños variados desde hace años, unos han preferido disimular sus momentos de timidez y personas famosas han evitado molestias saliendo sin ser reconocidos. El caso mas famoso fue el antiguo presidente de Renault, Carlos Ghosn, al escaparse de Japón, que paseo por algunos lobbies de hotel y solo fue reconocido con posterioridad a su salida hacia Líbano por las cámaras de seguridad.