Asistí a una fascinante conferencia de Shigehisa Kuriyama (Harvard) cuando estaba en Berkeley, en 2016, sobre la aportación de la medicina a la autopercepción en Japón. Empezó con una representación nipona de 1850 sobre el interior del cuerpo humano que, en teoría, refleja la continuidad de la influencia china sobre el entendimiento del interior del cuerpo humano. Obviamente, muy diferente de la occidental.



