1994 Legado español ante el futuro de Guam

Dudas ante el futuro

En Guam que me siento apasionado por conocer la situación de la isla. Al contrario que en la primera vez, en 1990, cuando asistí al Congreso de la Pacific History Association (PHA), y del que ya escribí otra entrada, el ruido mediático en el que estuve implicado ya había desaparecido; el V centenarios de 1992 había pasado, y no tuve relación alguna con el gobernador. Estuve viviendo fuertemente el tema político y recordaba mucho el primer viaje a Tailandia, en 92, por haber llegado justo después de las manifestaciones y vivido primero la caída del gobierno militar y después la subida al poder del personaje preferido por mis amigos para un gobierno de transición, Anand. La tensión era por la relación futura con Estados Unidos tras el final de la Guerra Fría: si será territorio dependiente como ahora (territorio no‑incorporado a los Estados Unidos), si una Mancomunidad (como las Marianas del Norte), si se integrará definitivamente como hizo Hawai’i o si será independiente totalmente. Por cierto, sigue igual, como Puerto Rico y tantos otros territorios

Bob Rogers: estadounidense por el mundo

Robert Rogers, el profesor de la Universidad de Guam me ofreció estar en su casa, en una bahía en donde asegura llegó la expedición de Magallanes, aunque no el resto de galeones, que llegaban a Umatac. Antes, habían estado también el profesor que me metió Asia y el Pacífico en el cuerpo, José Urbano Martínez Carreras y Belén Pozuelo, casi en plan viaje de novios (les compré el regalo de bodas en Japón, 5 tazas porque allí ha de ser un número impar) y Bob se preciaba de que allí habían concebido su hijo -Belén lo negó. También me permitió usar su coche (todoterreno molón) diariamente para ir a MARC, a la lenta velocidad en que circulan los vehículos allí.

En 1988 conocí a Bob en una visita que hizo al Colegio Nuestra Señora de África; después le volví a ver en 1990, cuando me ayudó  a la traducción de un artículo al inglés que no se publicó (me metió unas frases finales favorables a Franco que no acepté) y en 1994 estaba para publicar su (Destiny’s Landfall, 1995), el  libro de Historia de Guam, el que más se usa en Secundaria. Le vine fenomenal para corregir los nombres en español y esos deslices de la imagen medieval de España que siguen teniendo tantos estadounidenses, empezando por el uso continuado del Don y Doña y siguiendo por dar por sentado comportamientos irreales.

Rogers estaba superenterado de todo. Ha sido diplomático, ha estado en el servicio secreto, en el ejército y en no sé cuántos organismos de esos en los que se decide el futuro del mundo. Me contó (como a sus alumnos) que estuvo en Vietnam durante la Guerra y que fue el encargado de mostrar la situación de la guerra cuando lo visitó Richard Nixon como candidato presidencial. Insistía en Camboya, porque entonces su territorio era usado como base por el Vietcong comunista para atacar en el sur. Rogers advirtió a Nixon y a Henry Kissinger contra la actuación directa de Estados Unidos en Camboya y ambos le dijeron estar de acuerdo, pero cuando regresaron a Washington decidieron lo contrario. La consecuencia, señala él, los 600.000 muertos en Camboya. Rogers le echa la culpa a Nixon, porque sin la invasión directa americana ni los Jmeres rojos ni Pol Pot habrían conseguido tanta fuerza, ya que hasta entonces estaban arrinconados entre los vietnamitas y los americanos. Es un tanto exagerado culpar todo a no haberle hecho caso, pero no deja de ser interesante hablar con protagonistas de la Historia, aunque sean secundarios.

También me ha comentado cómo funcionan las cosas respecto a las Guerra en el mundo, ¿qué interés real tiene Estados Unidos en Yugoslavia?. Ninguno, pues nada, no se hace nada. Bill Clinton le ofreció a Helmut Kohl que Alemania llevara la voz cantante, pero Alemania no quiso participar  más activamente por miedo a las controversias que produciría el recuerdo de la Guerra Mundial. Otra cosa es si el conflicto se internacionaliza (una posibilidad peligrosa, Turquía contra Grecia) y por eso la política hasta ahora principalmente es evitar que el conflicto se internacionalice.

Rogers, implicado en política Guam

Rogers fue el ayudante de un Gobernador hace diez años que se llamaba Bordallo, que luego se suicidó junto a la estatua del gran líder histórico chamorro, Kipuha, o Quipuha, ya que prefirió el suicidio antes de ir a la cárcel federal acusado de robar en fondos públicos y de cosas oscuras de las que le acusaron. Dejó escrito en unos carteles que tendió antes de suicidarse: “Solo tengo una vida para dar a Guam,”. El suicidio conmocionó la sociedad de aquí y, de hecho, el vice del candidato demócrata a Gobernador en esos momentos, Gutierrez, era otro Bordallo.

Estado Numero 51 de USA

Pues bien, Rogers redactó un proyecto de Commonwealth para la Isla de Guam tras pedírselo Bordallo; la idea era redactar un estatuto semejante al del resto de las Islas Marianas (actualmente en Commonwealth o Mancomunidad con los Estados Unidos) que daría a Guam capacidad de decidir sobre Inmigración y algunas cosillas más. La intención futura del proyecto ese era equiparar la situación de las Marianas, tanto las del Norte (Saipán, Tinian, Rota y otras) como la del Sur (Guam) con vistas a que se pudieran incorporar a Estados Unidos como Estado Número 51, en un futuro a plazo más bien largo. El proyecto se fue al garete, en parte por ese suicidio del Gobernador y en parte porque sus sucesores lo dejaron en el cajón, arguyendo que también querían otros derechos. Decidir la política exterior, algo incompatible con cualquier tipo de asociación con Estados Unidos.

¿Cuándo lo hispano pasó a ser historia en Guam?

Mis preguntas a la gente son sobre mi Tesis: en qué sentido la cultura o la identidad española formaron parte de la Chamorra y cuándo España pasó a ser Historia en la isla. Lo que quiero es confirmar (o no) mi hipótesis, es decir, que el español o la identidad española se mantuvo muy bien hasta la Segunda Guerra Mundial y que a partir de entonces pasó a desaparecer. Los historiadores hasta ahora se olvidan de España a partir del 98, dicen que prácticamente desapareció y que desde entonces solo quedan influencias en la religión. Yo lo rechazo; aunque España pasó totalmente de estos territorios tras el 98, lo hispano de alguna manera se identificó con lo chamorro (o con lo filipino en Filipinas) en oposición a lo estadounidense y que como tal sobrevivió muy bien. Hasta la Guerra del Pacífico se habló el español bastante en la isla, de tal forma que Pascual Artero, un soldado de Mojácar (Almería), vivió tras licenciarse, se casó con una chamorra y tuvo familia y éxito en los negocios sin aprender el inglés. Se usaba la lengua patria en parte como oposición a los americanos y en parte entre las familias ricas para hacer notar que eran de un clan superior.

Legado español

Siguen manteniendo cosas hispanas, pero ahora es historia. Alguna casa,  algunos puentes que eran pura ingeniería entonces, pero lo más llamativo es la garita de la bahía de Umatac, que rehabilitó el arquitecto mexicano Jorge Loyzaga para recordar su función. Jorge me contó el plan: con cañones al lado y pintándola de cal blanca como se hace en México, pero en Guam solo hay una garita; las otras de la bahía desaparecieron, el suelo se hundió. Javier Galván me contó que durante su visita las lamentaciones de locales fueron continuas; de blanco parece más Disney que con la piedra a la vista, eso es cierto. También se podía haber construido otra. La polémica, además, hizo que se deja de pintar anualmente, que es una forma de preservarla.

Kampanayu

Los valores culturales son los que mejor permanecen. Santa Maria de Kamalen, la Fiesta Mayor en el Archipiélago, y todo lo relacionado con la religión, como el kampanayu. Además, se ha recuperado la música, con conciertos e incluso un CD Rom con música de las islas Marianas y Carolinas de la Cambra d l’Empordá, dirigida por Carles Coll. Y por supuesto, la multitud de actos oficiales impulsados a raíz del Centenario y de su posición en la administración, por ese amor de Rafa Rodríguez-Ponga y Paloma Albalá, desde la Exposición El legado español. Islas del Pacifico, un Curso de Verano en la UIMP España y las Islas del Pacífico. Un año después (1999) donde participaron amigos como Javier Galván o Carlos Madrid, o un Congreso Académico en Guam en 1999 con asistencia masiva de chamorros y con un discurso de Rafa de diez minutos en chamorro que dejó a la gente alucinada.

Umatac

La bahía de Umatac permanece como un enclave de ese legado español. Aparte de la llorada garita y la iglesia, está la placa de la Sociedad Cervantina de Guam que recuerda la llegada de Magallanes, a la que pertenecía el Juez Diaz. Y un cementerio católico que es lo más precioso visto en mi vida, a pesar de lo lúgubre de estos ámbitos.

Catolicismo: decisivo

Pregunté a Rogers cómo no se había metido más en política en Guam con lo enterado que está, y me dijo que él solo podía participar como un segundo, como de hecho hizo con el Gobernador Bordallo. Nunca como un primero, porque no es local. Además, sin estar casado con una local; muy difícil, le señalé. Y él apuntó otra cuestión harto importante, lo de ser católico. No es sólo que se crea en Dios o no, sino que las festividades o actividades de eclesiásticas son actividades sociales también. Para integrarte, tienes también que hacerte católico, al menos en Guam. Un Artero psicólogo que me enseñó su casa, me mostró un fax con la lista de funerales a los que tenía que ir ese día, como cuatro o cinco. “Aunque no conozcas al muerto ni a nadie de su familia tienes que ir,” me decía, “que para eso se reservan los sábados y domingos.” Me lo leyó para el fin  de semana: una boda, me parece que un nacimiento y no sé cuántos actos más.   En Filipinas es algo parecido y tiene que ver con mi Tesis. Fernando Zialzita, un antropólogo de Filipinas, me dice que la iglesia católica se ha apoderado de los símbolos de la nación filipina.  Al menos hasta la guerra mundial, ser filipino era ser católico, casi sin vuelta de hoja; de ahí la importancia de España como ideal del catolicismo, con permiso de que media España entonces era anticlerical. Lo que importa más es cómo se percibe un hecho, no el propio hecho en sí.

Las tierras de los descendientes del almeriense Artero

Comí con Tony Artero, un nieto de ese Pascual Artero nacido en Mojacar. Me comentó que su abuelo era el hombre de negocios más rico de la isla, que tenía a unas cien personas trabajando para él: ranchos, bar, plantaciones y suministro a los buques. Era el mayor terrateniente y perdió sus propiedades tras la guerra, porque se las expropiaron para bases militares. Fue al que más tierras quitaron. Para que aceptara le amenazaron con la deportación: como seguía siendo ciudadano español, le decían, “o firmas o de vuelta a España a empezar de nuevo.” Ahora este Tony Artero se va a presentar a Senador con la bandera de la recuperación de las tierras que les sacaron. El sistema político está sobredimensionado, hay 21 senadores en una isla de 150.000 habitantes, y cada senador tiene una media de diez personas en su oficina; uno de ellos, Gutiérrez, tiene a veinte personas trabajando para él y su máquina electora.  Volviendo a las bases militares, como un tercio de la isla, el Estado posee el cincuenta por ciento del resto de las tierras. Artero dice que eso es antieconómico, por los impuestos que deja de recibir el Gobierno de Guam simplemente porque sigue en manos del gobierno federal. Parece ser que ha habido una estrategia por parte de Estados Unidos de mantenerlos inactivos, haciendo  algo parecido a lo que era el Plan de Empleo Rural en España: subvenciones que  llevan a que la gente no sólo les sea fiel, sino que les tenga que ser fiel. La gente sabe que prácticamente por el hecho de ser Chamorro no va a tener dificultades para vivir, pero eso es un arma de dos filos, puede ser bueno a corto plazo, para solucionar los asuntos inmediatos, pero mala a la larga, porque adormila.

Pero además del hecho de que esta gente no haya tenido que trabajar para vivir, resulta que se ha obstaculizado de alguna manera el hecho de que los chamorros pudieran tener sus iniciativas propias. En consecuencia, la legislación existente ha facilitado más la inversión desde fuera que desde dentro; crear una empresa para un chamorro es más difícil que para un extranjero y de hecho no he visto ninguna empresa de chamorros aquí, es lo nunca visto, aunque la isla es una de las zonas del mundo donde hay más millonarios por metro cuadrado. Aquí los currantes son los filipinos o los inmigrantes del resto de Micronesia; los americanos están en posiciones altas o son dueños de negocios y los chamorros suelen trabajar en la administración. El estado es la empresa que más gente emplea (al igual que en muchas otras más islas del Pacífico, en concreto Saipán) y no parece que hagan mucho durante las horas de oficina. En esos momentos ya se empezaba a hablar del valor ecológico de las tierras estatales, por la cantidad de pájaros de diferentes especies que viven allí.

Ambivalencia chamorra ante Estados Unidos

La relación de los chamorros con los Estados Unidos es ambivalente, quieren el país y le admiran, pero se sienten un tanto heridos de su irrelevancia. Esa es la conclusión que he sacado. Parece que a pesar de ese sentimiento proamericano generalizado y de admiración, hay una creciente concienciación chamorra nacional que está llevando a una mayor militancia de los independentistas con el obvio aumento de sus ambiciones. Hay dos grupos principales en esta movida, uno que se llama algo así como Organización para el desarrollo de los pueblos indígenas y otro Nasion Chamoru, el más radical. Pero lo más interesante es que este grupo, el más radical en la lucha por la recuperación de las tierras, está compuesto de antiguos soldados que han luchado o en Vietnam o en Corea o en la Guerra del Golfo. De haber defendido casi con la vida a los Estados Unidos, ahora son quienes más lo atacan. Al otro grupo, más de intelectuales, les llaman conservadores y les critican por moderados. Contradicción típica del tipo de la gente de Nasion, soldados que no han estudiado casi ninguno en la Universidad pero que se sienten legitimados por no tener siquiera derecho a voto para elegir presidente a pesar de haber luchado por el país. Se les ignora, pero no en la isla, donde los apoyos son cada vez más amplios.

De pura poca salida que tiene el chamorro cuando acaba el bachillerato, resulta que hay un montón de gente que se alista al ejército. Durante la guerra del Golfo estuvieron en el frente un 20% de los jóvenes chamorros de entre 18 y 22 años. Tras ello, la salida es algún puesto en la administración, a vivir relajados.

Laura Souder y la aristocracia chamorra

Laura Souder Torres es  una dirigente del grupo de los llamados moderados de la que dice Rogers que quizá llegará a ser Gobernadora de la Isla en un futuro. Estaba de acuerdo con mi hipótesis sobre la Guerra del Pacífico como punto de no‑retorno en la cultura española en la Isla. Me contaba como su madre estaba muy preocupada siempre por eso de quién es de buena familia y quién no, y como ha conseguido ese sus propiedades eso y de qué forma. Escribió un famoso libro que compré allí, Daughters of the Island (1992).

Laura es parte de una de las familias más aristocráticas de Guam (les llaman Manak’kilo) y su primera lengua fue el español (se lo enseñó una monja), aunque ya no lo habla. Al igual que en Filipinas, esa élite tiene mucho en cuenta quienes son los más antiguos (su familia proviene de un tal gobernador Torres que estuvo en el siglo XVIII) y quienes son los nuevos (cuanto más tarde se fundara la familia, más nuevo), a los que miran con un cierto desprecio. La familia de Artero es ejemplo de ese desdén, porque el fundador era un simple soldado y porque la familia estaba recién fundada, y apuntan que su riqueza en tierras fue por comenzar a tenerlas gracias a su matrimonio con una Torres. Ese mirar por encima del hombro (en japonés, “con la nariz alta”) se aplica también a los americanos. En parte porque muchos marines de servicio entonces (y ahora) no eran (ni son) de las clases más elevadas de su sociedad. Lo que yo no sé quién compartía y hasta cuándo duró ese desprecio o ese sentimiento de superioridad hacia la cultura norteamericana; por no ser tan católica como la española, por no ser europea… y no sé exactamente si hay alguna razón adicional.

Estados Unidos contra el legado español

Laura me comentaba también sobre la preocupación de los gobernantes americanos por hacer desaparecer las cosas españolas. Una de las primeras ordenes ejecutivas fue prohibir usar zapatillas, silbar (lo sintieron como que era antiamericano) e incluso ir a procesiones. Es algo normal, es preciso desplazar al otro, y en especial los norteamericanos con su “White man’s burden”, La Carga del hombre blanco en la que se incluía remediar los fallos de la colonización española. Quizás lo que más temían era la influencia de los misioneros españoles y por eso los sacaron y llevaron a otros irlandeses. Eso es algo normal, cada régimen quiere misioneros leales y que no anden metiendo cizaña, pero parece ser que los irlandeses tenían un tipo de catolicismo distinto y ello llevó a que algunos guamanianos se hicieran protestantes. Un poco en repulsa hacia los irlandeses recién llegados, aparentemente porque su catolicismo no se imbricaba con el catolicismo chamorro tanto como el catolicismo español. Eso me recordó un artículo de una revista editada en 1939, Guam Recorder, que era sobre un protestante, llamado Joaquín Sablán, en el que aparecían los acentos en su nombre, al igual que en español, aunque la revista es en inglés toda y no se añadían acentos en los nombres.

Mari Flor Herrero, una logroñesa casada con el Subdirector del Banco de Guam a la que vi el pasado sábado, me dijo que hubo un señor que iba regalando un saco de arroz a cambio de una firma en un papel y que luego la gente se enteró de que lo que habían firmado era una queja contra el obispo navarro Olano, para que le echaran de la isla. No sé lo fiable que es, me falta documentación de parte USA.

Poder del Vaticano

Sobre el tema de la iglesia y los Estados Unidos, Rogers me ha comentado cosas muy interesantes sobre el poder que ha adquirido Washington en el Vaticano tras la II Guerra Mundial, no a nivel de que haya habido papas estadounidenses, sino en segundos puestos, sobre todo en finanzas. El cardenal Marcinkus, el que lleva las finanzas con Juan Pablo II, es norteamericano. Yo le pregunté por un artículo que apareció en Time hace unos años sobre una alianza entre la Iglesia y Estados Unidos para que cayera el régimen comunista polaco y sí, me lo ha confirmado, dice que Estados Unidos pasaba el dinero a Lech Walesa a través de la Iglesia Católica. A mí me interesa el tema porque otro español que era una de las principales personalidades en la Isla al comenzar la Guerra Mundial era el obispo de la Isla, Miguel Ángel de Olano. Los japoneses le ordenaron salir de la isla nada más llegar, pero cuando les sacaron los americanos, estos mantuvieron la expulsión, a pesar de la conducta intachable de Olano: ni había hecho amistad con los japoneses, ni había querido regresar a España. Al contrario que en Filipinas, donde la existencia de la Falange podía sugerir una cierta connivencia de los españoles con los japoneses, en el caso de Olano era todo lo contrario. Los japoneses le habían detenido nada más llegar y le habían mandado para Tokio. Pues bien fue volver a la isla tras salir los japoneses y Estados Unidos le dijo a Olano que se marchara de nuevo. Tuvieron que ver con ello la aquiescencia del Vaticano y Francis Spellman, un cardenal que participó en unas presuntas conversaciones de paz en 1943 que habría grabado Ángel Alcázar de Velasco, y que motivaron unas acusaciones que me hizo Ramón Serrano Suñer.

Independencia y autodeterminación chamorra

Siguiendo con Laura Souder, le he preguntado si su grupo (se llama Organization for Indigenous Rights for the people, o algo así) está por la Independencia y, lo que me ha dicho es que están por la auto‑determinación. No dice claramente que sí, pero al igual que con los de Herri Batasuna, su independentismo se puede entender por el contexto. Asegura que Guam puede ser viable sin las bases americanas y sin el dinero que les llueve anualmente, una cantidad que asegura es limosna aunque no lo parezca, porque Guam se puede valer. Con su colocación estratégica y geográfica, con el turismo y  con sus propios recursos. Washington tiene las mejores tierras para la labranza; antes se cultivaba café, azúcar y no sé cuántas cosas, además de que había ranchos (en chamorro, lancho) con ganado como los de Artero. Ahora, no hay nada (de nada) de agricultura y la industria es muy pequeña. Se importa todo (o casi todo), y principalmente de Estados Unidos.

Relación con Marianas del Norte

Le he preguntado qué pasaría con las Marianas del Norte y es un tema de algún modo marginal, porque piensa que la viabilidad podría ser tanto con Saipan y Rota, etc., como sin ellas. Sería mejor todos juntos. Un tema interesante eso de si las Marianas del Norte y del Sur (y por tanto, el pueblo chamorro) podrán caminar unidas alguna vez. En 1968 hubo un referéndum sobre la unión política entre las Marianas del Norte y Guam y aunque fue aprobado por la gente de Marianas del Norte, fue rechazado por Guam por una abrumadora mayoría, un 82%. La explicación de ese rechazo difiere entre Rogers y Torres; el primero me ha contado que ha sido por las animosidades que aun pervivían por el colaboracionismo de algunos marianos de Saipán con los japoneses durante la guerra. Torres, en cambio, dice que ese rechazo fue porque se consideraba que Guam tendría que soportar económicamente la integración de los nor-marianos, entonces más pobres que ellos (ahora no tanto, ni mucho menos). También Rogers me ha hablado del tema de los carolinos, (los provenientes de las Caroline Islands, básicamente los Federated Islands of Micronesia) que viven en Marianas; los de Guam tendrían que cargar con la nacionalización de esos miles de personas, y no querían apencar.

Opinión de un desconocido

También conocí a un independentista en la playa que no me quiso dar su nombre. Se quejaba de que los Estados Unidos han cambiado de posición tantas veces que uno es que no sabe a qué atenerse. Decía también que Estados Unidos poseía a los chamorros y que en cualquier momento los podía vender a Japón o a quien fuera, con una sola firma. Se quejaba de no poder votar (como tampoco pueden hacer los statesiders o estadounidenses continentales cuando residen en Guam) al presidente de Estados Unidos y califica la situación de Guam como colonialismo disfrazado. Es un-incorporated territorio de los Estados Unidos y ese título es una quimera, si es territorio es incorporado y si no es incorporado no es territorio. No son nadie, afirma, y parece que estuvo en Washington buscando documentos. Dice que fue alguien importante, aunque está retirado, pero tuvo buen cuidado de que no me enterara de su nombre.

León Guerrero, el hijo del fundador del banco de Guam y casado con la logroñesa Mar, también me contó alguna cosilla, pero no excesivamente importante. En 1990, fue gracia a él que pude cambiar pesetas a dólares, porque nadie las aceptaba.

 

Psicólogo sobre violaciones

Conocí también a otro Artero, de casualidad, porque me perdí y me paré frente a su casa. Estaba barriendo el jardín porque no suele haber muchos criados en Guam (“los carolinos no son “servant,” puaff, un servant es cuando saben hacerlo bien”) y me habló sobre las viseras que tienen todas las viviendas. Las obligan las pólizas de seguros para evitar daños durante los tifones; los cocos vuelan y son como bombas de destrucción masiva, al parecer. Sobre la religión, me dijo que en cada casa chamorra hay una estatua de la Virgen. Parece que la Basílica del Vaticano iba a hacer una reforma y tres de los cinc patrocinadores son de Guam. Y para demostrármelo me invitó a entrar. Además, en la habitación de la madre, por ser la persona más importante, hay otra estatua de la virgen. También hice la foto correspondiente y luego la cosa acabó degenerando en unos Lladró que había comprado en España.

Es psicólogo y me contó que cada día hay unas dos violaciones “reportadas” en Guam, casi todas de chamorras jovencitas, que en ocasiones son violadas por tíos o padres adoptivos o personas cercanas. Parece ser que el entorno familiar ayuda a recuperarse a las niñas, aunque debe tener que ser también algo cultural.

El actual candidato demócrata a Gobernador, Gutiérrez, reconoció haber tratado de forma deshonesta a una sobrina suya o algo así cuando ella tenía 14 o 15 años (hace unos seis años aproximadamente), y ante el escándalo su mujer le apoyó y dijo que no le había parecido mal. Rogers afirma que era el front runner (el que se preveía ganaría) para las elecciones, pero que a raíz de eso ya no lo es: ha perdido el voto de las mujeres.

Historia Pre-Contacto, Nasion Chamorru y tierras

 Quizás el senador más auténtico es Ángel León Guerrero Santos, el líder de Nasion Chamoru que va peinado como los indígenas anteriores a la llegada de los españoles. Con eso de conseguir que les devuelvan las tierras. Santos ha saltado algunas vallas de bases y ha sido detenidos por ello. Tony Artero, mencionado más arriba, quizás desea el mismo objetivo de recuperar tierras, pero nadie da un duro porque vaya a salir elegido, entre otras razones porque ya lo ha intentado dos veces. Ni Rogers ni Mari Flor Herrero piensan que salga, y asegura que quien manda son las pocas familias pudientes -entre las cuales está integrada. Parece que Mari Flor está muy integrada en la política de aquí, aunque no en la de España: le conté la dimisión de Garzón, de Solchaga y de toda esa gente y le sonaba a chino.

El nacionalismo chamorro tiene buenos argumentos étnicos e históricos. La cultura previa al contacto con los occidentales era muy potente, desde las piedras latte soportando los palacios de los jefes desde hace 2000 años, que no se sabe de dónde provienen, a unas evidencias arqueológicas que señalan una nueva fase de transición a una mayor sofisticación social justo en el momento que llegó Magallanes. Los españoles alucinaban con la rapidez con la que los chamorros manejaban sus canoas, las proas voladoras, lo que da veracidad a una leyenda preciosa, la de Gadao, representado rompiendo una canoa con la fuerza de su remada. Y tienen la fosa más profunda del mundo

Parecidos con América Latina

La política de aquí y la recogida de votos se parece quizás más a lo que hay en América Latina que a lo que había en España en el siglo XIX del caciquismo. Por lo que me cuenta Rogers, más o menos, se sabe lo que vota cada uno, a pesar de lo secreto que sea y panoplias de esas. Me comentó el caso de un señor que es como el cacique en Maloloj, un pueblo de Inarajan, cuyo santo patrón es San Isidro. Pues parece que cuando ese señor (Demócrata)  sabe que alguien ha votado por los republicanos pues le dice, “oye, no voy a poder dar este trabajo a tu hijo.” Tiene controlado al personal. La cosa funciona como en América Latina. Aquí los que votan (en las elecciones locales de Gobernador y cosas de esas, no a Presidente, obviously) principalmente son los chamorros, mucho menos los statesiders o los filipinos nacionalizados y de ahí viene eso de que tengan el poder político en la isla.

Trabajo en la Universidad de Guam, MARC

En fin, que no hago más que preguntar por cosas de la sociedad aquí, parezco un niño (o un antropólogo, o un sociólogo) pero la verdad es que me encanta saber esas cosas. Hay una chica que está de ayudante de investigación en la biblioteca de MARC, este centro en el que me nombraron miembro asociado y que significa Centro de Investigaciones de la Micronesia y que está afiliado a la Universidad de Guam. Pues bien, resulta que me ha contado que está separada y con tres niños y que además se casó por las prisas y más o menos a los dieciocho años. Pues la he martirizado a preguntas de si los niños son un obstáculo en la relación con otros hombres ahora, si tuvo problemas con la familia, que cual es su relación actual

con su marido, con la familia de su marido, un montón de cosas. Yo creo que a ella le ha gustado, y de hecho seguía contándome cosas, aunque sean cosas que no se suelan contar. Yo creo que gusta responderlas cuando las preguntas se hacen claramente y sin malicia. A mí me pasa con la tijera que me metí en el ojo; cuando me lo ven a la virulé, a la gente le da corte preguntarme, pero si me lo preguntan, no me importa contar lo que pasó a los 18 añitos.

El MARC me ofreció trabajo. Es el centro más importante sobre la Micronesia y tiene una sección de documentos españoles que lo lleva una mujer, Marjorie Driver, que está para jubilarse. Les gustaría que fuera yo quien ocupara su puesto y me han dicho que el salario es muy bueno. Me lo dijo hace días el director del Centro (un japonés) y hoy he comido con Marjorie y me lo ha sugerido ella también. Mi situación es ideal: historiador, español, hablando japonés, investigando sobre la Micronesia (en parte) y supongo que podría ser un trabajo para toda la vida. Pero le he dicho que por de pronto mi lugar está en España, aunque no tenga trabajo. Me halaga, la verdad, eso de que pueda tener varias alternativas laborales (en la Universidad de Keiô me lo ofreció Toshio Yanaguida) pero creo que ya es tiempo de regresar. La verdad que la vida en los Estardos Unidos no me

gusta mucho, todo el día coche para aquí y para allá, comiendo hamburguesas y sin entender bien el idioma. Porque como el idioma materno no controlo ningún otro, aunque lo entienda y cosas de esas. Al

fin y al cabo, al hablar con un nativo estoy en inferioridad de condiciones. He preferido no preguntar cuál sería el salario aquí, tampoco lo pregunté en Keiō.

Retrasos infinitos

Aproveché el coche de Bob para dar más vueltas por la isla. Hice fotos de todos los fuertes españoles y luego pasé por un pueblo llamado Malojloj en el entorno de Inarajan donde un letrero ponía: “Biba San Isidro”. Resulta que tiene el mismo santo y el mismo día de fiestas y estas se alargaban una semana más y gracias a ello me enteré que el domingo había actuaciones. Pues nada, me dicen que hacia el mediodía empezaría la cosa. Me presenté sobre las doce y media (hora chamorra, nunca se empieza en punto) y allí no había nadie, y me dicen: “la gente vendrá sobre las dos o las tres.” Pues nada, me fui a una playa y a hacer más fotos, y vuelvo y me dicen, no, hasta las seis y media no habrá representaciones. Salí a ver lo que me quedaba, como las cataratas Tulafofo, bastante interesantes y la cueva de un soldado japonés que estuvo escondido en siete metros cuadrados hasta 1971 tras acabar la guerra.

Regresé a las seis y media y después de veinte minutos menos mal que apareció un tío y empezó a hablar. En plan formal, que si el senador (el único en todo el recinto con corbata, se le identificaba inmediatamente) dando los premios a las damas de honor y chorradas de esas. Y luego dicen, pues ahora diez minutos porque faltan de aparecen toda la gente que va a actuar, y yo ya tiraba la toalla. Digo, me voy. Y fue gracias a una familia chamorra con la que estaba, charlamos un montón y me era difícil pensar que la abuela, que debía tener sus ochenta años, seguía conduciendo a diario. Me dijeron que esperara, que era muy bonito lo que iba a venir. Y ciertamente lo fue, actuó un grupo muy bueno  de bailes. Yo tengo apuntado “Tano‑Tano‑tuno o algo así” y veo que en la actualidad existe un grupo que hace un festival para turistas llamado Tao Tao Tasi, que da la impresión que viene del primero.

Retrasos infinitos

Aproveché el coche de Bob para dar más vueltas por la isla. Hice fotos de todos los fuertes españoles y luego pasé por un pueblo llamado Malojloj en el entorno de Inarajan donde un letrero ponía: “Biba San Isidro”. Resulta que tiene el mismo santo y el mismo día de fiestas y estas se alargaban una semana más y gracias a ello me enteré que el domingo había actuaciones. Pues nada, me dicen que hacia el mediodía empezaría la cosa. Me presenté sobre las doce y media (hora chamorra, nunca se empieza en punto) y allí no había nadie, y me dicen: “la gente vendrá sobre las dos o las tres.” Pues nada, me fui a una playa y a hacer más fotos, y vuelvo y me dicen, no, hasta las seis y media no habrá representaciones. Salí a ver lo que me quedaba, como las cataratas Tulafofo, bastante interesantes y la cueva de un soldado japonés que estuvo escondido en siete metros cuadrados hasta 1971 tras acabar la guerra.

Regresé a las seis y media y después de veinte minutos menos mal que apareció un tío y empezó a hablar. En plan formal, que si el senador (el único en todo el recinto con corbata, se le identificaba inmediatamente) dando los premios a las damas de honor y chorradas de esas. Y luego dicen, pues ahora diez minutos porque faltan de aparecen toda la gente que va a actuar, y yo ya tiraba la toalla. Digo, me voy. Y fue gracias a una familia chamorra con la que estaba, charlamos un montón y me era difícil pensar que la abuela, que debía tener sus ochenta años, seguía conduciendo a diario. Me dijeron que esperara, que era muy bonito lo que iba a venir. Y ciertamente lo fue, actuó un grupo muy bueno  de bailes. Yo tengo apuntado “Tano‑Tano‑tuno o algo así” y veo que en la actualidad existe un grupo que hace un festival para turistas llamado Tao Tao Tasi, que da la impresión que viene del primero.

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