Uno de los textos sometidos a una revista de primer nivel con una traducción que me ha costado horrores y además deficiente. Menos mal que al final salió bien.
En el verano de 1937, cuando los españoles ya llevaban un año de guerra civil, el gobierno de Franco buscó que Japón lo reconociera diplomáticamente aprovechando que los japoneses invadían una China “comunista”. No fue el hecho más importante del año, pero ese reconocimiento desencadenó fuertes debates en el gobierno japonés, que tras numerosas discusiones lo reconoció en tres consejos diferentes. El ministro de Exteriores Hirota, junto con Saionji, el último genro o consejero imperial, hicieron lo posible por evitar que Japón se decantara por Franco en la guerra, temerosos de un creciente acercamiento al Eje. A la vista de lo ocurrido después, tenían razón. La Italia fascista metió baza cuando Tokio ya había decidido reconocer a Franco. Dijo que lo pararan, que ellos querían reconocer el Manchukuo antes que a Franco, y así comenzó una ronda de reconocimientos, primero de Italia a Japón, después de Japón a España al día siguiente y por último entre Franco y el Manchukuo. El propio ministro Ciano escribió en su diario que era una decisión a largo plazo y que estaba eufórico
“Japan and the Axis AXIS, 1937-8: Recognition of the Franco Regime and Manchukuo “ Journal of Contemporary History. ISSN 0022-0094. SAGE Publications, Los Angeles, London, New Delhi, Singapore and Washington DC. Vol 44 (3), 427-443.
DOI: 10.1177/0022009409104117