Filipinas estaba pasando un buen momento, tras los años convulsos de Marcos y de Corazón Aquino, el general Ramos había dado una estabilidad al país y se hablaba de que podían alcanzar el desarrollo económico de la región. Ello permitió que Filipinas se pudiera enfocar en mostrar al resto del mundo y del sudeste de Asia que ellos habían sido los primeros nacionalistas, que la primera lucha anticolonial fue en Filipinas y que Rizal es un ejemplo para todo el orbe malayo. De hecho, el congreso fue uno de los de mayor asistencia de público, además de la participación prácticamente de todos los especialistas de Filipinas. Por mi lado, tuve la inmensa suerte de conocer a Nick Joaquín, con quien me tomé unas cervezas. Lo conté en una nota en la Revista del Pacífico https://florentinorodao.com/revistas-anuales/
La versión en inglés del artículo sobre el impacto de la revolución filipina en la comunidad española. Hago un recuento de los intereses españoles, empezando por la Compañía General de Tabacos de Filipinas, llamada allí Tabacalera y de las empresas familiares, de cómo se adaptaron al poder americano, en parte porque era mejor para sus intereses, pero también porque eran negocios bien gestionados y mirando hacia el futuro. Por último, me refiere a la defensa de sus privilegios frente al resto de la sociedad.
“Spanish Companies in the Philippines after the Revolution.” Emler A. Ordoñez, ed, The Philippine Revolution and Beyond. Manila, Philippine Centennial Commission, 1998, pp. 999-1011. ISBN 971-92018-1-9