Cuando convocaron ese congreso, estaba en pleno proceso de profundizar en el fascismo. Conocía ya bien las andanzas de los falangistas en China, Japón y Filipinas y ya había hablado sobre ello, pero en esos momentos tocaba un tema que hasta entonces me había interesado bien poco, como era la Falange española, sus conexiones con Alemania e Italia y dilucidar hasta qué punto se puede establecer las diferencias entre fascistas, carlistas, reaccionarios, autoritarios y demás grupos derechistas. Fue una sensación complicada, porque aunque ya era profesor titular y demás, apenas conocía a nadie y me pusieron a hablar junto con un chaval que estaba nervioso porque era la primera vez que hablaba en público. Cinco minutos y el siguiente. Fue un ejercicio de humildad, la verdad, de dar ponencias había pasado a una comunicación, pero con ello inicié un viaje para entender el fascismo que ha dado un salto crucial con el artículo sobre La inspiración fascista, (enlace al post) hablando de Europa, pero también de Asia, usando la definición de Griffin basada en la percepción, más que en seguir a Ernst Nolte y eso de contabilizar más o menos medidas fascistas.
“Hedillismo en Filipinas. La cultura política falangista. Frente al resto de franquistas durante la guerra civil” en Falange. Las culturas políticas del fascismo en la España de Franco (1936‐1975), Editor, Miguel Á. Ruiz‐Carnicer. Zaragoza, Institución «Fernando el Católico» (C.S.I.C.), Diputación de Zaragoza, 2013