Antonio Moreno Cantano me propuso un artículo sobre Santiago Méndez de Vigo y Méndez de Vigo para su libro sobre la diplomacia y el propagandismo durante la II Guerra Mundial. Era una persona interesante, el embajador de más alto rango en una embajada de segundo rango tras haber fracasado en su intento de ser nombrado en Alemania, según aparece en los diarios de Manuel Azaña. Estaba en el lugar más apropiado para hacer propaganda e incluso le quisieron nombrar a su mujer presidenta de la Sección Femenina en Japón, pero Méndez de Vigo no quería nada con la Falange.
José del Castaño y Cardona sí. Falangista con malas relaciones con sus colegas, no solo hizo lo posible por favorecer a la Falange Exterior durante la Guerra Civil, sino durante la Guerra Mundial, tras ser recuperado para la diplomacia y nombrado cónsul en Manila por Serrano Suñer al poco de llegar al puesto de ministro de Exteriores. Castaño es quizás el personaje más decisivo de los que he estudiado. Si se puede culpar a una persona del final del hispanismo en Filipinas, este señor se lleva la palma.
“José del Castaño y Cardona, más falangista que diplomático”, en Cruzados de Franco, propaganda y diplomacia en tiempos de guerra (1936-1945). Gijón: Trea, 2013, pp. 179-210. ISBN 978-84-9704-739-5