Se estaba preparando una encuesta sobre la imagen de España en Japón, un ejemplo de colaboración entre instituciones en pos de un objetivo común y del que además se podían beneficiar las empresas privadas. Me acuerdo cuando recibieron la conclusión que los japoneses asocian a España con el color rojo: “Hay que llamar y decírselo a los arquitectos”. Así, su director, Javier Noya me pidió la introducción a su encuesta, tras haber leído un artículo en Economía Exterior https://florentinorodao.com/imagenes-mutuas-espana-japon/ y con ello puse mi granito de arena en los preparativos de la Expo de Nagoya.
“De vuelco en vuelco” era un título provocativo, pero es lo que mejor expresan las relaciones entre España y Japón a lo largo de los cerca de cinco siglos conscientes de la existencia mutua. Y lo malo es que esa volubilidad no ha bajado en los tiempos más recientes, de nuevo por temas violentos. Se sorprendieron porque comentaba la película que estaba de moda entonces, El Ultimo Samurai
“La colonización filipina y las relaciones con Asia.” En Juan Carlos Pereira, Coord.., La Política exterior de España (1800-2003). Ariel Historia. Barcelona: Ariel,2003, pp. 341-356. ISBN 84-344-6694-5